Volver a unirnos en “eso” que anhelamos en lo más profundo y que necesitamos expresar en el mundo, sacar a luz, dar a luz, la MM nos puede posibilitar el nacimiento de un nuevo ser humano lúcido, conectado con sus hermanos en relaciones no violentas y en la construcción del mundo querido. Como en todo “parto”, antes hay una “gestación”, un período embarazoso donde se van formando los órganos, donde se alimenta una condición, una potencialidad futura, ese es el momento actual, el hoy.
Para mí la MM es un reguero de pólvora que partió de una chispa divina; que busca conectar, encender los corazones de millones de seres humanos; nació en un lugar sagrado, en Punta de Vacas, “mentalmente y físicamente”; y recorrerá el planeta, punto a punto, corazón a corazón produciendo saciedad, uniendo manos, iluminando entendimientos.